Cortarse el pelo o afeitarse ha existido desde siempre, pero fue en Egipto cuando realmente empezó de manera profesional a considerarse un barbero.
Se conoce que entre los antiguos egipcios, los barberos eran personas distinguidas y respetadas. En la tumba Nº 45, en el Bajo Cementerio de Tebas, se halló una estatuilla de 46 cm. de alto, de cerca de 3.300 años de antigüedad.
La imagen representa al barbero Meryma’at el primer barbero del que se tiene constancia real. Él era el encargado de afeitar a los sacerdotes del templo de Amón. Este era un ritual que se cumplía cada 3 días, y consistía en afeitarles íntegramente todo el pelo del cuerpo, del rostro y de la cabeza. Los egipcios pensaban que eso contribuía a la pureza de sus funciones sacerdotales.
Esta estatuilla, en la cual se ve a Meryma’at usando una falda con pliegues y con una peluca que adorna su cabeza, demuestra la importancia que tenían los barberos en el templo de Amón, y la alta categoría de su función.
Desde el primero Meryma’at hasta ahora los barberos seguimos con la misma ilusión y dedicación por el arte de cortar el pelo.